Mi chico Vampíro - Presentación (cap.6)


                                      Presentación

 

-¿Tienes prisa?- preguntó Jack.

-No, pero las chicas notaron que ayer salí. Le dije a Yaneth que necesitaba aire fresco, pero no quedó muy convencida.

-M… Yo no le encuentro nada malo, ¿cuál sería el problema si se enterara?

-Yaneth no es buena guardando secretos, seguro lo mencionaría enfrente de Sam.

-¿Y?

-Dudo que a Sam le gustara mucho la idea.

-Si me hubieras presentado desde hace dos semanas no tendríamos ese problema.

-No estaba segura de la idea de Sam al respecto.

-Pero ahora lo sabes, ¿me vas a presentar sí o no?

-Sí.

-¿Cuándo?

-No sé, Jack.

-Hoy- eso definitivamente no era una pregunta.

-Bien- me crucé de brazos.

Estuvimos en silencio un buen rato. Él manejaba con mirada ausente mientras yo descansaba recargada en la ventana. Aún tenía mucho sueño.

-Lo siento- musitó Jack-. Si no me quieres presentar no lo hagas.

-No es eso, Jack, pero… me siento como si… como si estuviera traicionando la confianza de mi padre, eso es todo.

-¿En serio? Luna, no debes sentirte así, él seguro sabía que tarde o temprano tendrías novio.

Me quedé helada. Él nunca se había llamado a si mismo novio, ni siquiera yo le decía así. Nuestra relación era algo completamente diferente.

-¿Qué piensas?- su voz era dulce, apenas podía imaginar que algo tan bello era mi novio.

-Sólo en cómo deberías presentarte- le mentí.

-Estuve pensando en algo como “Buenas tardes, mi nombre es Jack Thompson, vine a presentarme formalmente como el novio de su sobrina.”

-¿Estuviste practicando?

-Sí, debo admitir que estaba algo nervioso.

-¿Tú?, ¿nervioso?

-Por extraño que parezca, sí. Tú eres lo más importante que tengo, no quería que se arruinara por una mala presentación.

-Aunque Sam no quisiera, yo te seguiría viendo.

-Lo sé.

Se inclinó y besó mi mejilla.

Condujo por la carretera otros diez minutos. Comencé a notar que el camino que tomábamos no llevaba a mi casa. Abrí la boca para preguntar pero Jack alzó la mano, silenciándome.

-Dudo que a Sam le importe si te llevo a almorzar.

-Supongo que no.

-¿A dónde quieres que te lleve?

-No conozco ninguna cafetería…

-¿Qué hay de “La Duquesa”?

-Era algo caro…

-¡Bah!

-Jack…

-No te preocupes por el dinero- me interrumpió-. Al fin y al cabo, solo tú vas a comer.

-Bien, pero pediré lo más barato.

-Trato hecho.

Nos estacionamos frente a la plaza. Me llamó la atención una motocicleta negra con un casco del mismo color, igual al de Alex, que colgaba del manubrio izquierdo. Avanzamos más y vi otro casco negro con una estrella morada pintada a un costado. ¿Qué hacía Alex con una chica? Y… ¿Por qué me importaba? 

-¿Pasa algo, Luna?- inquirió Jack a ver mi rostro ausente.

-Ah… no, nada.

Entramos a La Duquesa y nos sentamos en el mismo gabinete en el que me había sentado con las chicas la mañana anterior. Estuvimos hablando sobre la bella vampira de la terrorífica pintura.

-Cuando me contaste sobre la loba blanca, parecía como si La Duquesa tuviera algún tipo de influencia sobre los vampiros.

-Pues, ella es una de los veteranos, los más antiguos vampiros conocidos. Ellos aportan gran sabiduría a los demás vampiros y son los que más saben sobre nuestra especie. Por otro lado, La Duquesa es posiblemente la más salvaje e insensible de las vampiras. Tiene un gran desprecio por los humanos, a pesar de haber sido uno. Tampoco tiene una buena relación con los licántropos, metamorfos…

-¿Metamorfos?- lo interrumpí.

-Después de que te regresé a la lunada, supuse que tendría que hacer algo mientras esperaba a que despertaras para pasar por ti. Fui a casa y estuve investigando sobre lo que los humanos imaginan de los vampiros, los hombres lobo, entre otros. Descubrí que los Zimmermann y los Brennan no son licántropos sino metamorfos. Los licántropos son muy parecidos a ellos, incluso tienen una mancha en la pata trasera cuando cambian de fase, pero en la derecha, además, solo se convierten en lobos con la luz de la luna llena. Los metamorfos pueden tener otras formas animales, aunque los de esta región siempre han sido lobos, no sabría decirte la razón.

-Oh… bueno, continúa.

-Te decía que no tiene buena relación con los licántropos, metamorfos ni hechiceros…

-¿Hechiceros?- lo volví a interrumpir.

-Luna, perderé la inspiración si me sigues interrumpiendo. Sí, hechiceros.

-Lo siento.

-Ella ha logrado someter a muchos vampiros de la región de Estiria y los ha convertido en sus guardias y esclavos.

-Vaya.

Comí en silencio mientras Jack me lanzaba miradas pícaras. Cuando terminé, salimos a pasear por los jardines de la plaza. Busque con la mirada a Alex pero no lo encontré. Supuse que debía ser la moto de alguien más.

Jack y yo estuvimos conversando un rato.

-¿Y cómo te llevas con Kat y Jason?- pregunté cuando se me acabaron los temas de conversación.

-Los quiero mucho, aunque a veces son algo molestos. Jason sabe comportarse pero Kat me saca de mis casillas. A veces te envidio, tienes suerte de no tener una hermana como Kat.

Me quedé en silencio. Bajé la mirada con la esperanza de que Jack no notara que quería evitar el tema.

-¿Qué tienes?

Demonios.

-Nada.

-Te pusiste así cuando mencioné que tenías suerte, ¿verdad?

-No me gusta ese tema.

-Luna…

No había escapatoria. Jack me miró con ojos suplicantes.

-Es solo que me hubiera gustado tener una hermanita.

-M… hay algo más. Si eso fuera todo me podrías mirar a los ojos.

Suspiré con resignación.

-Un año antes del accidente, mi madre había quedado embarazada. Mi hermanita no tenía aún un nombre pero yo solía decirle Ángel. Yo pasaba casi todo el día cantándole canciones de cuna y hablándole. Unos días antes del previsto para el parto mi mamá comenzó a sentir contracciones. Mi padre la llevó al hospital pensando que ya iba a nacer y yo me quedé con mi abuela. Regresaron tarde, muy noche, pero yo los esperaba, estaba ansiosa por conocer a Ángel. Cuando entraron mi mamá estaba llorando y su vientre ya no estaba hinchado. Lo comprendí al instante. Mi hermana nació muy débil y murió en sus primeros minutos de vida. Mis padres decían que yo era su milagro porque habían intentado tener hijos y no lo habían logrado. Estaban muy emocionados cuando el doctor les dio la noticia de que esperaban una niña.

Las lágrimas comenzaron a brotar por mis ojos. Jack me abrazó con fuerza y sumió su rostro mi pelo.

-Me siento tan patética.

-¿Por qué?

-Cada vez que hablamos termino llorando. Si te hablo sobre mis padres, lloro. Si te hablo de mi hermana, lloro. Si me hablas sobre tu vida, lloro…

-Cállate, Luna. En todo caso, yo debería sentirme mal, por hacerte sentir mal.

Me sequé las lágrimas.

-No me haces sentir mal, Jack, al contrario.

-Lo sé, lo sé.

Subimos de nuevo al Beetle.

-Casi lo olvido, el viernes próximo habrá una reunión en mi casa. Sólo irán las familias enteradas del mundo sobrenatural, los Zimmermann, los Brennan, vendrán a visitarnos algunos amigos vampiros y unas familias hechiceras. Me gustaría presentarte.

-¿Presentarme?

-Ahora formas parte de nuestro secreto. Siempre que un humano se entera de él es presentado a las familias mágicas de la región.

-Me gusta la idea, aunque debería preguntarle a Sam…

-Yo lo haré- me interrumpió-, hoy, durante mi presentación.

-De acuerdo.

Jack conducía a toda velocidad y no tardamos más de diez minutos en llegar. Bajamos del auto y caminos hasta la entrada. Se escuchaba la televisión encendida así que supuse que Sam estaba en la sala. Abrí la puerta lentamente.

-Ya llegué- dije al cruzar la entrada.

Sam bajó el volumen del televisor.

-Hola, Luna- miró sorprendido a Jack-. Ah… hola, Jack. No creí que mi sobrina te trajera la presentar.

-Yo tampoco, Sam, es un placer.

-El placer es mío.

-¿Cómo está Margarite?

-Bien, salió a comprar unos cosméticos.

-Cuando la veas mándale mis saludos.

-Con gusto.

-Por cierto, este viernes que viene mi familia tendrá una pequeña reunión y me gustaría presentar a Luna a mis familiares, si usted está de acuerdo.

-Por supuesto.

-Bien, pasaré por ella a la hora de la comida y la regresaré antes de la cena, ¿le parece?

-Que se quede el tiempo que quiera.

-De acuerdo. Bueno me tengo que retirar, Thomas me pidió que hiciera algunos repartos.

-¿Cómo va el negocio?

-Bien, la empresa abrió nuevas tiendas en Estados Unidos y en España y han conseguido fama rápidamente.

Los Thompson tenían una cadena de joyerías muy exitosa llamada “Josefine”.

-Que bueno.

-Y a usted ¿cómo le ha ido en el zoológico?

-Muy bien, varias compañías han donado fondos y se han restaurado muchas instalaciones.

-Me alegra. Bien, será mejor que me de prisa. Fue un placer, Sam, espero verlo pronto.

-Igualmente.

-Adiós, Luna.

Jack se fue y me quedé platicando un rato con Sam. Le conté lo que hice con las chicas el día anterior y de mi encuentro con Alex, aunque sin mencionarle que casi me atropella. Le hablé sobre la armada de tiendas, la fogata, los malvaviscos, los chistes malos y las historias de terror. No mencioné para nada mi escapada con Jack, pero si el almuerzo en “La Duquesa”.

Después de comer, salí con mi cámara a tomar fotos del bosque, esta vez, con la autorización de Sam. Caminé sin rumbo fijo varios minutos pero un aullido llamó mi atención. No estaba segura de que hacer. No sabía si era un lobo o un metamorfo. Otro aullido hizo retumbar los arboles pero sonaba como un grito de dolor. Corrí hacia este, de donde provenía el sonido, y llegué hasta una cueva enorme de roca. Dentro un lobo, del tamaño de un caballo, estaba tirado con una pata sangrando. Decidí acercarme, pues podría conocerlo. El metamorfo alzó la cabeza rápidamente y gruñó para que me alejara.

-No te preocupes, sé lo que eres.

Me miró confundido.

-Soy novia de Jack Thompson y soy amiga de William y Alex. ¿Quién eres?

Su mirada se relajó un poco.

-Bien, si eres mujer aúlla una vez y si eres hombre dos veces.

La loba aulló una vez.

-Gime si es no y ladra si es sí.

Asintió con la cabeza.

-¿Maite?

Gimió.

-¿Julia?

Gimió de nuevo.

-¡Vanessa!- eso ya no era una pregunta.

La loba ladró y eso confirmó mi afirmación. Corrí hacia ella y rodeé su enorme cuello con mis brazos, en forma de abrazo.

-¿Qué te pasó?- le pregunté mirando su pata- ¿te lo hizo otro metamorfo?

Me miró confundida, otra vez.

-Oh. Los Zimmermann y los Brennan son metamorfos, no licántropos, te lo explicaré luego. Ahora responde, ¿te hizo esto un metamorfo?

Gimió.

-¿Fue un vampiro?

Gimió otra vez.

-M… ¿un humano?

Resopló y después volvió a gemir.

-Loba blanca- susurré muy bajito.

Vanessa comenzó a ladrar.

-¿Por qué?

Me miró un buen rato.

-Bien, será mejor que espera a que vuelvas a cambiar de fase para que me lo expliques.

Asintió.

-Creí que los metamorfos se curaban rápido.

Ella me miró fijamente. Era como si yo tuviera razón pero ella igual sufriera.

-¿La loba blanca tiene ponzoña?

Ladró.

-Llamaré a Alex para que venga a revisarte.

Tomé mi celular y busqué entre mis contactos a Alex Z., uno de los primeros por llevar “a”. El celular sonó dos veces y Alex contestó.

-¿Bueno?

-Hola Alex, necesito que vengas urgente al bosque que está frente a mi casa. Encontré a Vanessa pero está herida, la mordió la loba blanca y al parecer tiene veneno.

-¿Qué? Voy para allá. Mientras busca un pañuelo o algo y mójalo, ponlo en la herida. Llego en diez minutos.

Colgó el teléfono.

Me quité la bufanda y me acerqué a Vanessa.

-Hay alguna corriente de agua por aquí, Vane.

La metamorfa ladró y señaló con el hocico hacia el oeste.

-Ahora vuelvo.

Comencé a correr hacia donde Vanessa me había señalado. Tropecé algunas veces pero llegué hasta un pequeño estanque. No tarde mucho en notar que estaba congelado así que busqué una roca grande y pesada y, cuando la hallé, la lancé con fuerza al hielo. Los pedazos cristalinos volaron a mí alrededor y sumí la bufanda al agua helada. La exprimí un poco y corrí de nuevo al este.

Cuando llegué a la cueva coloqué cuidadosamente la bufanda mojada en la herida de Vanessa, quien chilló bajito.

-¿Cómo está?- preguntó Alex al llegar por el norte.

-No estoy segura.

-Déjame revisar su herida.

Caminó hacia nosotras y se agachó frente a Vanessa. Acarició con cuidado su hocico.

-¿Qué fue lo que ocurrió?

Vanessa comenzó a hacer varios sonidos y Alex la escuchó atentamente.

-¿Puedes entenderla?- pregunté sorprendida al comprender que la loba le estaba hablando.

-La mayor parte. He sido licántropo y entiendo los gruñidos…

-Metamorfo- lo corregí-. Los Zimmermann y los Brennan son metamorfos no licántropos, mi novio investigo en internet.

-¿Tu novio? ¿Tienes novio?

-Sí, Jack.

-¿¿Qué??

Las manos de Alex comenzaron a temblar convulsivamente.

-Alex… ¿te sientes bien?

No respondió y los temblores se hicieron más intensos. Vanessa se levantó y me empujó con el hocico. Caí a la blanca nieve y me golpeé la cabeza. Me sentía mareada pero logré levantarme para ver a Alex. Cuando alcé la mirada, él ya no estaba.

 

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Lizzi es una novicia de 12 años que toda su vida vivió en un convento al ser abandonada por sus padres. Richard, un vampiro que vive en la ciudad, decide secuestrarla para que tenga la oportunidad de vivir.
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